HSITORIA CLINICA III
CASO
CLINICO III
RESUMEN
Paciente varón de 46 años ,
con antecedentes de hemorroides, gastritis y colecistis, que acude por
emergencia con dolor en cuadrante superior derecho irradiado a zona lumbar y
deposiciones liquidas, es intervenido en cirugía realizándose una laparoscopia (COLELAP) en la cual se produjo
incidentalmente desgarro del conducto cístico.se le realizo reparación del
conducto cístico y se hospitalizo para observar si ocurrían signos de peligro en el posoperatorio.
HISTORIA CLINICA
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III
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Fecha: 26/05/2017
Hora : 14:00 hrs
Lugar: Hospital
Jorge Reategui Delgado- Piura
DATOS DE FILIACION
Nombres y apellidos: SML
Edad: 46 años
Sexo: Masculino
Fecha de ingreso:26/05/2017
Religión : Católica
Domicilio: -Piura
Grado de Instrucción:
Superior No universitario
Ocupación: Tecnico Mecanico
ANAMNESIS 0 INTERROGATORIO
CLINICO :
Motivo de Consulta:
dolor en cuadrante superior derecho
Síntomas principales:
Tiempo de enfermedad: 1 año
Forma de inicio: Insidioso
Curso: Progresivo
Relato
cronológico: Paciente refiere que hace 05 días presenta dolor en
cuadrante superior derecho de moderada intensidad irradiado a zona lumbar
acompañado de deposiciones liquidas, motivo por el cual acude a hospital de Es
Salud de lima donde le indicaron tratamiento analgésicos, pero hace 02 días los
síntomas se tornaron de severa intensidad motivo por el cual acude a emergencia
de este hospital.
Funciones
biológicas:
Apetito: Conservado Sed: Conservada Orina:
5 veces dia,color clara
Deposiciones: 01 vez al día Sueño:Conservado
Antecedentes personales:
Enfermedades de la
infancia: Hemorroides Externas
desde los 10 años
Enfermedades del
adolescencia: Hemorroides Externas
Enfermedades de la adultez: Gastritis
hace 06 años, colecistitis calculosa hace 07 años
.
Hospitalizaciones: niega
Intervenciones Quirúrgicas:
niega
Transfusiones Sanguíneas:
Niega
Alergias
a fármacos y medicamentos: niega
Medicación de uso
habitual: niega
Uso y abuso de sustancias toxicas:
niega
Infecciones de transmisión
sexual: niega
HISTORIA EPIDEMIOLOGICA
Viajes: Lima, Tumbes
Contacto con persona
infectada: niega
Crianza de animales
domésticos: 01 perro
Historia Laboral:
Técnico Mecánico
Consumo de
agua potable:si Disposicion de excretas:desague
Riesgo Genético: si
Perfil personal y familiar:
padre: HBP-Herniodiscal
Madre: DM II
Características del
entorno ambiental:Cta con luz,agua,desague,vivienda propia.
EXAMEN
FÍSICO
Antropometría:
Peso: 64
Talla: 1.67
Funciones Vitales
Temperatura:37 °C
P.A: 130/80
Frecuencia respiratoria:20
Frecuencia cardiaca (y/ó
pulso):80
Inspección General :
Examen Regional o por
Sistemas
Apreciación General:
AREG, REN, REH, afebril
Piel: normotermica, afebril
Ganglios Linfáticos: No
se palpan adenopatías
Cabeza: normocefala,
sin lesiones
Cuello: cilíndro, no
nódulos, no dolor a la palpacion
Tórax y Pulmones :
ruidos cardiacos rítmicos y regulares, no ruidos agregados,
murmullo vesicular con buen pasaje de aire
Abdomen: RHA(´+) doloroso a
la palpación leve y profunda en cuadrante superior derecho,Murphy positivo, no
rebote
Miembro Superiores : fuerza motriz conservada en ambos miembros,
sensibilidad conservada
Miembros Inferiores: fuerza
motriz conservada en ambos miembros, sensibilidad conservada,
babinski negativo
SNC: sin signos meníngeos,
escala de Glasgow: 15 puntos
EVOLUCIONES
29/05/2017
02/06/2017
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(S)
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Refiere dolor de moderada
intensidad en cuadrante superior derecho
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Refiere leve dolor en
herida operatoria
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(O)
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Pcte despierto,
colaborador, con vía endovenosa permeable, afebril, quejumbroso
PA=120/80 P=86 FR=
18 SatO2= 98%
Apar. Resp=MV pasa bien
en ACP
Abdomen= se aprecia gasa
limpia en región umbilical y otra gasa cubriendo dren en región de flanco
derecho, RH(+)dolor a la palpación
leve y profunda
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Pcte despierto,
colaborador, con vía endovenosa permeable,afebril
PA=120/60 P876 FR=
18 SatO2= 97%
Al examen:
Apar. Resp=MV pasa
bien en ACP, no rales
Abdomen=
poco depresible, doloroso a
la palpación profunda
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(A)
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Paciente en su PO # 01 de
COLELAP, con incidente
en sala de operaciones de
desgarro del conducto
cístico. En su cuarto día
de ATB: metronidazol mas ciprofloxacino. Indicacion de NPO por incidente
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Paciente en su PO # 03 de
COLELAP. En su sexto día de ATB: metronidazol mas ciprofloxacino. SE le
suspendió NPO por dieta líquida tolerando adecuadamente.Hoy se le retiro el
dren
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(P)
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Continuar con indicaciones
Continuar con
antibioticoterapia
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Continuar con indicaciones
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ELABORACIÓN
DE PROBLEMAS:
DIAGNOSTICO:
COLELAP por Colecistis Aguda
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
(S):
Apendicitis Aguda
Pancreatitis
Cólico Renal
Colangitis
Pielonefritis
Hepatitis Aguda
Angina de pecho
Herpes Zoster
Infarto Agudo de Miocardio
PLAN
DE DIAGNÓSTICO
Hemograma
Urea
Creatinina
Glusosa
Grupo y Factor Rh
Tiempo de protombina
Tiempo
de Coagulacion rx de pie
RPR-HIV
DISCUSION DE CASO CLINICO
Paciente
varón de 46 años con diagnóstico de Colecistitis aguda hace 7 años, quien actualmente
fue intervenido quirúrgicamente a quien se le realizó una Colecistectomia
Laparoscópica, en donde ocurrió incidente de desgarro del conducto cístico,
hecho que podría estar relacionado a la disposición anatómica, a las
condicionadas de la patología o a factores técnicos puros y por lo tanto
dependientes del cirujano actuante. Las dificultades de la hemostasia de la
arteria cística pueden llevar a las mismas consecuencias, ya que en el intento
de pinzar el elemento que sangra se generan las lesiones del hepatocolédoco.
En
el caso de mi paciente el cirujano reconoció durante la cirugía y realizo la reparación, permitiendo que se obtengan los mejores resultados y
disminuya la gravedad y por lo tanto su pronóstico.
A PROPOSITO DEL CASO……
Lesiones
Iatrogénicas de la Vía Biliar
“Injuries to the main ducts are nearly always the result of misadventures
during operations and are therefore a serious reproach to the surgical
profession.
They cannot be regarded as just an ordinary risk.” Dr.
George Grey Turner, Dr. José Luis González González
La
lesión iatrogénica de la Vía Biliar principal es sin duda el más desastroso de
los accidentes que pudiera sufrir un paciente en el transcurso de una
colecistectomía laparoscópica, cirugía por demás muy corriente en nuestros
días. No es menos frustrante para el cirujano que la comete, pues su paciente
esperaba una cirugía sin riesgos, estéticamente aceptable, con una recuperación
rápida. Esta es una operación de la que “todo el mundo sale bien” y sin embargo
de pronto el panorama ha cambiado radicalmente, la cirugía “fácil” se ha
tornado una pesadilla. Al lesionar la vía biliar a un paciente habremos
cambiado totalmente su vida y su futuro, pues las graves consecuencias de este
hecho pueden ir desde una prolongada cirugía abierta con la permanente posibilidad
de cuadros de colangitis a repetición, re estenosis y por ende reoperaciones
hasta la cirrosis biliar y la muerte. Esta es una dura realidad, que cuesta
mucho afrontar, sobre todo por tratarse de una iatrogenia en una patología
benigna. Por otra parte, el número de cirujanos “entrenados” en cirugía
laparoscópica cada vez es mayor, los cursos de entrenamiento se hacen en
periodos muy cortos y por lo general no tienen preparación teórica ni práctica
para reparar adecuadamente una lesión de la vía biliar. Con el Inicio de la
llamada “era laparoscópica “se notó un aumento de la incidencia de estas
lesiones , como era de esperar al tratarse de la introducción de una nueva
técnica; pero este aumento que llego a ser al menos el doble del que ocurría
con la cirugía abierta ha permanecido así mas allá de lo que pudiera esperarse
de una “curva de aprendizaje” Desde hace muchos años los anatomistas
comprendieron que la anatomía biliovascular era no solo compleja, sino que
existía un sin numero de variantes anatómicas que hacían muy difícil describir
una “anatomía normal” y por ello los cirujanos que se han dedicado a la cirugía
compleja de la vía biliar saben la importancia de dominar la anatomía del hilio
hepático y la anatomía intra hepática. En muchas ocasiones es preciso
adentrarse en el hígado para encontrar conductos que permitan una reparación
adecuada y solo es posible encontrarlos si se sabe donde buscarlos. Tanto el
hígado como la vía biliar se originan a partir de una evaginación sólida en
forma de un rudimento situado en la pared ventral del intestino anterior
primitivo, próximo a la entrada en el tallo vitelino. El esbozo hepático (pars
hepatis) aparece en la cuarta semana de gestación como un divertículo duodenal.
La porción craneal sólida del divertículo hepático acaba desarrollando el
tejido hepático glandular y conductos hepáticos intrahepáticos; la porción
caudal (pars cystica) se convierte en la vesícula biliar, conducto Cístico y el
colédoco. Este proceso de desarrollo proporciona en múltiples oportunidades
formación de anomalías en los diversos estadios. Las variaciones de la vía
biliar principal según Lassau poseen una explicación embriológica y se
relacionan con una teoría hemodinámica de la segmentación hepática, lo que
significa una mayor variación en los conductos derechos . La vesícula biliar
está ausente de forma congénita en un 0,1% de la población. Una anatomía
compleja Algunas anomalías son extremadamente raras: como el conducto hepático
desembocando en la vesícula, continuándose el conducto cístico como colédoco,
por lo que se acompaña, en la mayoría de los casos durante el acto quirúrgico,
de la sección del conducto hepático . Conductos accesorios persistentes (fetal)
entre el hígado y la vesícula se presentan entre un 8,7-28 % . Variaciones en
la anatomía de la vía biliar extrahepática y arteria hepática ocurre en más del
50% de los casos . En una revisión de Andrén-Sandberg anomalías anatómicas se presentaron en 16 de
55 casos de lesiones de vía biliar. Conductos cisto-hepáticos o
colecisto-hepáticos fueron visibles en 3-5,2% de las autopsias . La anatomía de
las vías biliares extrahepáticas puede considerarse en 3 niveles: 1- Superior:
convergencia biliar en la placa hiliar. El conducto hepático derecho resulta de
la confluencia del conducto paramediano que drena los segmentos V y VIII y del
conducto lateral que drena los sectores distales VI y VII. El conducto hepático
izquierdo representa un tronco en común que reúne los conductos de los
Variantes anatómicas segmentos II y III. Sobre este tronco convergen casi en
ángulo recto los conductos de los segmentos I y IV. La reunión de los hepáticos
derecho e izquierdo se realiza en el hilio hepático, lo que constituye la
confluencia biliar superior. El hepático izquierdo se dispone horizontalmente,
siendo este el de mejor accesibilidad quirúrgica. En cambio el derecho es corto
y se dispone verticalmente en el eje del conducto hepático común. Con respecto
a la constitución de la confluencia biliar es muy variable: solo en un 57 % es
modal. En un 40% de los casos el conducto derecho está ausente: los dos
sectoriales derechos se reúnen en el conducto izquierdo, denominado
trifurcación biliar o bien un conducto sectorial aboca aisladamente en el
conducto hepático común o hepático izquierdo. En un 3 % los sectoriales forman
directamente la convergencia. Con respecto a las relaciones vasculares cabe
destacar la vinculación con la rama derecha de la arteria hepática, que cruza
la vía biliar por detrás. Pero debemos tener en cuenta que en un 13 % este
cruce se realiza por delante. 2- Medio: representada por la vía biliar
accesoria que desemboca en la vía biliar principal. Las modalidades de
desembocadura del cístico son variables, pudiendo desembocar en cualquier lugar
de la vía biliar principal. Lo más frecuente es su desembocadura formando un
ángulo agudo con la vía biliar principal, lo cual nos permite describir el
triángulo de la colecistectomía, descrito por Calot en 1891 conformado por el
cístico, el borde derecho del conducto hepático y la arteria cística. Budde
describió otro triángulo conformado por el conducto cístico, el borde derecho
del conducto hepático y el borde inferior del hígado. El mismo contiene el
pedículo cístico. Goor clasifica 11 tipos de anomalías en la terminación del
conducto cístico. Múltiples variaciones bilio vasculares En ocasiones la
desembocadura se produce en un sector más abajo del aparente presentando un
trayecto adosado, en “caño de escopeta”. Más raramente el cístico rodea la vía
biliar principal por detrás o por delante para desembocar en su borde
izquierdo. Cerca del 2 % de los casos el cístico desemboca en el conducto
hepático derecho o en el conducto lateral derecho, constituyendo conductos
hepatocísticos que drenan la totalidad
del hígado derecho o el sector lateral derecho. Excepcionalmente existe
ausencia del conducto cístico, en donde el cuello vesicular se abre
directamente en la vía biliar principal. Así como también su duplicación. .
Variaciones en la desembocadura del cístico 3-Inferior: Dado por una porción
retroduodenal y la porción pancreática. En un 60 % de los casos desemboca en la
parte media de la segunda porción duodenal. A su vez la desembocadura común del
colédoco con el Wirsung en un solo conducto se da en un 60% de los casos. Como
doble cañón a nivel de la carúncula mayor en un 38% y por separado en un 2%. El desarrollo de la cirugía laparoscópica
trajo como consecuencia la utilización de potentes y peligrosos instrumentos
muy cerca de la vía biliar, como el electrocoagulador, el láser, la utilización
de grapas metálicas para clipar la arteria y el conducto cístico. Se ganó en
magnificación, pero se perdió la estéreo visión y se perdieron grados de
libertad de movimiento. Desde el 15 de
julio de 1882, en que Langenbuch, en Berlín realizara la primera
colecistectomía, la posibilidad de lesionar la vía Biliar ha sido preocupación
de los cirujanos; quienes con el de cursar del tiempo lograron depurar la
técnica, logrando mantener en cifras realmente bajas su incidencia. Posteriormente
en 1899 y 1905 Kehr realizaba dos reparaciones cabo a cabo sin tubo tutor, con
buen resultado. Kocher en su libro de “Operaciones Quirúrgicas” (1907), ya
alerta sobre la necesidad de una técnica minuciosa para la colecistectomía.
Negri pone énfasis en las distintas variedades anatómicas que se observan en el
pedículo hepático y enumera por separado las distintas formas que adoptan los
conductos cístico, hepático común y colédoco. Couinaud (1954) describió la
placa hiliar y la trayectoria de conductos biliares extrahepáticos, aspectos de
gran importancia en la cirugía de las vías biliares. La primera reparación
biliar utilizando el conducto hepático izquierdo fue realizada en el Hospital
Bichat en 1956 y fue comentada en un informe por Hepp y Couinaud. Los aportes
de Terblanche sobre el riego arterial al árbol biliar fueron básicos al momento
del manejo quirúrgico de la misma para la realización de diferentes
procedimientos. En 1965 Hallenbeck propuso una nueva técnica para el
tratamiento de las estenosis biliares, basado en estudios animales, en los
cuales crea un estoma cutáneo del asa de yeyuno en Y de Roux como acceso para
el manejo de la hepaticoyeyunoanastomosis. En 1973 Raúl Praderi publica una
modificación técnica del asa Hivet-Warren. El advenimiento de la
colecistectomía laparoscópica, realizada por primera vez por un ginecólogo
alemán (Mule en septiembre de 1985) y posteriormente por Mouret en Lyon en
1987, ha producido un alza en la incidencia de las lesiones, retomando gran
interés el cómo repararlas. En forma global la frecuencia de lesiones de vía
biliar oscila entre un 0,1 a 0,6 %. Estas lesiones son entre tres a cuatro
veces más frecuentes durante la colecistectomía laparoscópica (0,3-0,6%) que la
abierta (0,1-0,3%). A esto se suma el hecho de su mayor gravedad, al tratarse
de lesiones más altas en su localización, con afectación de conductos biliares
intrahepáticos y con frecuente resección de sectores. En una revisión realizada
en el Reino Unido la prevalencia de lesiones de la VBP en 66.163
colecistectomías vía abierta fue de 0,2% mientras que en 11.978
colecistectomías laparoscópicas fue del 0,3%. Son varios los estudios que han
sugerido el aumento de la frecuencia desde la introducción de la colecistectomía
laparoscópica.Uno de los primeros estudios multicéntricos publicados en la
literatura médica informó 7 lesiones en 1518 pacientes con un porcentaje de
0,5%. La revisión de Strasberg es muy significativa, ya que en 124.433
pacientes estudiados en 22 series de casos se informa un porcentaje de 0,52 con
un rango de 0 – 2,35%. Shea en 1998 realiza un metaanálisis que comparó 78747
colecistectomías laparoscópicas contra 12973 abiertas y encuentra también
diferencia estadísticamente significativa (0,36-0,47 contra 0,19 – 0,29%). Las lesiones de las vías biliares producidas
durante la colecistectomía pueden ser evitadas, casi sin excepción, si se
tienen en cuenta varios aspectos aunque al parecer el buen juicio del cirujano,
la experiencia y la pericia suelen tener el mayor peso.(66) Algunos autores
citan una serie de reglas a tener en cuenta para evitar lesionar la vía biliar:
recomiendan unos (44, 56, 58) la utilización sistemática de la Colangiografia
transoperatoria, como guía anatómica para esclarecer la situación ante una
anatomía abigarrada o la sospecha de lesión de la vía biliar, aunque algunas
series han mostrado una falla en su interpretación hasta en dos terceras partes
de las mismas. Terblanche da una gran importancia a la desvascularización de la
vía biliar principal al disecarla excesivamente, comprometiendo su irrigación
arterial. Esto último ha tomado gran peso, pues como han señalado algunos
autores se ha evidenciado una mayor
asociación de las lesiones tipo III y IV con lesiones biliovasculares y mayor
índice de re estenosis y sea además probablemente la causa de los fracasos a
largo plazo de los procederes endoluminales. Debemos recordar que como demostró
Terblanche(57) la irrigacion arterial de la VBP ocurre fundamentalmente a
través de dos pequeños vasos que transcurren en hora 3 y 9 de la vía biliar y
que su flujo depende: hacia la porción cefálica en un 38% de la arteria
hepática derecha y hacia la porción caudal en un 60% de de la arteria
retroduodenal . La lesión de la arteria hepática derecha ocurre con relativa
frecuencia. Quevedoseñala la presencia de procesos inflamatorios, sobre todo en
Colecistitis de mas de 5 días, donde el proceso inflamatorio a menudo
desarrolla la unión del cístico con el hepático común o en Irrigación arterial
de la VBP ocasiones el cís tico puede estar dilatado y transcurrir
paralelamente y unido al hepático derecho (fino y extra hepático) o al conducto
del segmento anterior. Lawrence señala
de gran importancia hacer la ligadura o clipado del cístico al menos entre 0,5
a 1 cm de la vía biliar para no comprometer su irrigación, así como la excesiva
tracción sobre la vesícula en la colecistectomía y como resultado la tracción
hacia el campo del colédoco y el hepático, con su consiguiente ligadura y
sección. Mossa señala además como
circunstancias adversas el acceso inadecuado, exposición y asistencia
insuficiente, obesidad y disección exhaustiva del triángulo de Calot. Asbun señala
9 pasos para evitar lesiones de la vía biliar durante la colecistectomía
laparoscópica: 1. Obtener la máxima tracción cefálica de la vesícula, lo cual
reduce la redundancia del infundíbulo de la misma y una mejor visualización del
triángulo de Calot. . Lograr una tracción lateral e inferior del bacinete
alejándolo del hígado. Esta maniobra crea un ángulo patente entre el cístico y
el hepático común, permitiendo una mejor identificación de ambas estructuras,
evitando su alineamiento. 3. Comenzar la disección alta en el cuello de la
vesícula y realizarla en una dirección de lateral a medial. Toda la disección
debe realizarse pegada a la vesícula hasta que la anatomía este bien definida.
El ganglio del cístico es una buena referencia anatómica para comenzar la
disección. 4. Rotar medialmente el bacinete para realizar una disección postero
lateral de la serosa vesicular. Esta maniobra es útil para identificar la unión
del cuello con el cístico. Proseguir la disección del cuello separando las
adherencias entre el cuello de la vesícula y el hígado. 5. Separar el cuello de
la vesícula de todas las adherencias hepáticas, sobre todo en las Colecistitis
agudas y definir bien su unión con el cístico. La disección de la unión del
cístico con el hepático no es necesaria y puede ser peligrosa. 6. Obtener una
clara visualización de las dos ramas del Clip. Después de una clara
identificación de la anatomía, los clips deben ser colocados tan cerca de la
vesícula como sea posible, bajo visión directa. Cuando el cístico es muy corto
se puede colocar una ligadura en lugar del clip alrededor del cuello de la
vesícula. 7. Realizar una Colangiografia intra operatoria es útil para mejor
definición de la anatomía y determinación de cálculos o la presencia de una
lesión. 8. Después de haber seccionado arteria y conducto cístico la disección
debe continuar cerca de la vesícula y alejada de las estructuras del hilio
hepático. El sangramiento es mínimo cuando se realiza en el plano correcto
cercano a la vesícula. 9. El cirujano debe considerar sus limitaciones y debe
determinar cuando el grado de dificultad o confusión es suficiente para
necesitar una conversión. Colangiografía de una lesión de la VBP Davidoff y Hunter estudiaron los mecanismos de producción de las
lesiones de las vías biliares ocurridas durante colecistectomías
laparoscópicas, revisando los videotapes grabados durante la operación y
describieron un patrón” clásico” de lesión en presencia de anatomía biliar
normal. En dicho escenario el conducto biliar común fue confundido (mal
interpretado) como el conducto cístico y por lo tanto seccionado.
Posteriormente continuaron la disección superiormente a lo largo del hepático
común lesionando la arteria hepática derecha. Además el conducto hepático común
o su bifurcación son clipadas. Otra variante ocurre cuando es clipado el
conducto cístico proximal a la vesícula y el colédoco distal a la unión
hepatocística, produciendo una bilirragia importante. Esto es más frecuente
cuando se arrastra el bacinete medialmente quedando alineados el cístico y el
hepático. Martin y Rossi (64) señalan como factores de Riesgo para las lesiones
iatrogénicas de la Vía Biliar la presencia de: · Fibrosis del triángulo de
Calot · Colecistitis aguda · Obesidad · Hemorragia local · Variantes anatómicas
· Grasa en la Porta Hepatis Asbun Y Rossi señalan una serie de condiciones patológicas
que predisponen a las lesiones de las vías biliares: · Colecistitis aguda ·
Colecistitis gangrenosa · Colecistitis perforada · Enfermedad poliquistica del
hígado · Cirrosis hepática · Vesícula escleroatrofica · Síndrome de Mirizzi ·
Ulcera duodenal · Neoplasia pancreática y pancreatitis · Neoplasia hepática e
infecciones Cobra Importancia dentro de los agentes agresores de la vía biliar
el uso excesivo del electrocauterio y el láser que pueden, al utilizarlos muy
cercanos a la vía biliar, producir coagulación de los pequeños vasos que la
irrigan, habiéndose reportado estenosis hasta 2 años después del proceder por
esta causa según Steven .
BIBLIOGRAFIA
1.
ww.sld.cu/galerias/pdf/uvs/cirured/lesiones_iatrogenicas_de_la_via_biliar.pdfpor
JLG González
2.
www.mednet.org.uy/cq3/emc/monografias/mon_pablo.pdf
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